Es martes 17 de enero y hemos quedado para dar un paseo inspirador al ritmo de 3 proyectos liderados por mujeres valientes que han apostado por emprender en el sector artístico y cultural. Acercarnos a sus proyectos nos permite conocer las claves para conseguir la viabilidad de proyectos relacionados con el arte pero también pone de manifiesto las motivaciones y lo que significa apostar por éstos.

Comenzamos rodeadas de buganvillas y limoneros en el patio del Molino de las Pilas. Mar y Macarena son artistas, comunicadoras, narradoras de cuentos, gestoras culturales y “clownclusionistas” (como ellas dicen) entre otras muchas cosas. Iniciaron su andadura emprendedora hace más de 20 años, en Barcelona, con un proyecto de transformación social a través de las artes escénicas en el barrio del Raval. En 2020 se pusieron al frente del Molino de las Pilas, molino de aceite rehabilitado del siglo XIX, en Teba (Málaga), y han conseguido situarlo como espacio de encuentro cultural en el mundo rural, un lugar donde se cocinan ideas a fuego lento, motor de aprendizaje, donde se rescatan las artes tradicionales…Les acompaña y les inspira en la aventura emprendedora, María Antonia, madre de Macarena, con sus 84 años impregna el proyecto de un carácter intergeneracional.

Para el siguiente tramo del paseo nos vamos hasta Francia de la mano de Elia Mervi y El Espectro Invisible de Medea. Elia es ilustradora independiente, ha viajado y trabajado en numerosos proyectos artísticos y creativos internacionales y en 2019 obtuvo el Premio a Mejor Libro Editado otorgado por el Ministerio de Cultura por “Preferiría ser amada” (Nórdica Libros), cartas y poemas ilustrados de la poeta Emily Dickinson. Además, es madre de dos niñas. En 2021 comenzó el Espectro invisible de Medea para visibilizar el vínculo maternidad-creación y romper con la idea de que para llegar a cualquiera de ellas tienes que renunciar a la otra. A pesar de que ambas, maternidad y creación, necesitan de tiempo y espacio en sus procesos, Elia nos muestra cómo dialogan y se nutren entre sí, a través del testimonio de mujeres madres y artistas, reivindicando la maternidad como tema universal de la creación, en todas sus facetas.  

Manteniendo la idea del lugar relevante que ocupa la maternidad en la vida cultural, en el arte y en la sociedad visitamos MaMagazine. Nace como revista digital en 2018 con el propósito de encontrar nuevos referentes de maternidad y a principios de 2022 da el salto al papel, como resistencia al consumo convulso dando espacio al disfrute de la lectura y la reflexión. Victoria Gabaldón es la impulsora y creadora de MaMagazine, es periodista y escritora y madre de una niña y de un niño, y tiene claro que la maternidad y la cultura conversan continuamente y es necesaria su redefinición.

¿Qué sucede cuando la parte creativa, artística, emocional del proyecto la tienes cubierta pero hay que sostenerlo económicamente? Siendo conscientes de lo complicado que resulta encontrar la rentabilidad económica cuando hablamos de proyectos relacionados con la cultura y el arte, nos encontramos con respuestas comunes clave en los tres proyectos como son crear comunidad y diversificación. Coinciden en la necesidad de tejer redes de apoyo, microsistemas, ya sea a través de colaboraciones amigas y alianzas afines en las que haya un interés mutuo de cuidado y crecimiento, y en las que exista también una relación diferente con el dinero. En este sentido, han encontrado formas de dar viabilidad a sus proyectos a través de crowdfundings, fidelización de socias, suscripciones, eventos culturales, ponencias… con el fin de equilibrar la balanza e intentar ser rentables.

En un momento dado, nos encontramos con la maternidad como cueva del tesoro de la creación (así la define Elia), es la maternidad en toda su amplitud y con todos sus matices, no sólo como madres, sino también, y especialmente, como hijas y nos damos cuenta que durante todo el paseo, se entrelaza la conciliación como base de estos proyectos, y como una realidad el vincularlos a la vida y a lo cotidiano. Impera una necesidad verdadera de cambiar las prioridades y resignificar el éxito.

Concluimos con la necesidad de que existan proyectos bonitos, que la cultura y la belleza nos inspiren y nos ayuden a ensanchar nuestra manera de mirar el mundo. Urge poner en valor el trabajo artístico como alimento del alma, de conformación de la cultura y para ello es necesario reivindicar una consideración y una remuneración justa y salir de la precariedad e inestabilidad en la que, por defecto, muchos de estos proyectos se encuentran.

Llegamos al final del itinerario con mucho en común, y con la ilusión y el convencimiento de que de este paseo saldrá otro encuentro porque este ha estado lleno de inspiración y de… mamagia.

Si quieres ver el video completo del encuentro puedes disfrutarlo aquí.