El programa Juntas Emprendemos, para mujeres con ideas de negocio, que ya va por su sexta edición, va a realizarse este 2021 a través de metodología online, salvando así, no sólo las restricciones derivadas de la pandemia, sino las barreras físicas y geográficas. Saltamos más allá de las fronteras de la Comunidad de Madrid, y expandimos el programa a mujeres de todo el territorio nacional. Algo que, sin duda, implica un gran reto: ¿Cómo mantenemos nuestra pequeña y cuidada fragancia, basada principalmente en el encuentro y el intercambio entre las mujeres, para generar confianza y apoyo mutuo?  

Desde que en el equipo de Juntas Emprendemos pensamos en dar el salto al mundo virtual, nos dimos cuenta de las dificultades que entraña esta decisión; sobre todo, para no perder la esencia del programa, más allá de apoyar a mujeres a montar sus propias empresas. Y es que, nuestro valor más singular consiste en generar experiencias de aprendizaje significativas a través del encuentro (físico) y el intercambio. A través, principalmente, de la generación de comunidad: una comunidad de mujeres emprendedoras que supone para ellas y nosotras una experiencia esencial de apoyo mutuo y un clima seguro en el que compartir y crear conocimiento colectivo.

La virtualidad limita esta experiencia de encuentro y adquisición natural de confianza. Por tanto, debemos poner el acento en cuatro aspectos fundamentales:

  • Claves para crear una comunidad virtual
  • Qué tipo de experiencias debemos facilitar para crear vínculos
  • Cómo podemos asegurarnos de que esos vínculos se mantendrán en el tiempo
  • Cómo fomentamos el conocimiento colectivo entre las participantes

Integrar el concepto de Comunidad de Aprendizaje 

La Comunidad de Aprendizaje es para nosotras el elemento central del programa Juntas Emprendemos en el mundo virtual. Existen en la actualidad profundas transformaciones en el modelo de producir, transmitir y transferir conocimiento. Durante mucho tiempo se consideró el proceso de enseñanza como una relación en la que un educador/a, reconocido como autoridad, era quien enseñaba y transmitía saberes a quienes carecían  de ellos. El enfoque actual de la educación es el de un educador/a que facilita los aprendizajes y una persona o grupo de personas que aprende de maneras distintas, no sólo de lo que ocurre en el aula, sino también del contexto en el que sucede todo.

Si Juntas Emprendemos logra consolidar una comunidad de aprendizaje, obtendremos diferentes logros

  • Visibilizar el saber y conocimiento de cada mujer participante, sus recorridos profesionales y vitales. 
  • Ampliar el foco de atención que está normalmente dirigido hacia el profesorado y abrirlo hacia toda la comunidad (virtual y/o presencial)
  • Explicitar que aprendemos “de la de al lado”, favoreciendo que las mujeres aprendan de sus compañeras. Algo que denominamos aprendizaje horizontal, o “educación entre pares”.

En busca de un aula virtual llena de diversidad

Las interacciones entre participantes con diferentes niveles de competencias beneficiará a las mujeres con más nivel, y viceversa, ya que en el propio proceso de ayudarse se dan muchos momentos para reforzar lo que se sabe, identificar lagunas y errores de comprensión y enriquecer el conocimiento con puntos de vista alternativos.

  • De esta forma, cuestionamos la cultura de expertise, apostando por el conocimiento situado, partiendo de que los saberes están repartidos en toda la comunidad. 
  • La diversidad en el aula conforma un grupo multidisciplinar que permite que cada uno de los temas pueda ser abordado de diferentes formas. Desde diferentes puntos, generando una visión más amplia de cada una de las temáticas. En centros educativos de máximo prestigio internacional, como la Universidad de Harvard, esta diversidad de alumnado es uno de los elementos más valorados de las Comunidades de Aprendizaje. 
  • A través de este enfoque, favorecemos la corresponsabilidad en el aprendizaje de las participantes. 
  • Facilitamos el empoderamiento de las mujeres, ya que se visualizan y reconocen como parte esencial de la formación, al percibir que sus aportes también suman a la generación de conocimiento. 
  • Evita la infantilización de las mujeres participantes, que se da en muchos procesos de formación, que revierte a menudo en quejas improductivas en vez de en aportes y propuestas productivas y beneficiosas para toda la comunidad de aprendizaje.

Sabiendo que el mayor acceso a la mejora laboral se realiza a través de contactos y referencias, es deseable que  las participantes  se conozcan en mayor profundidad para posibles recomendaciones futuras, para contar con otras participantes de la formación en equipos en los que se inserten o dirijan etc. favoreciendo una red de contactos más sólida y efectiva.